Como escribía mi amigo y compañero Boaventura de Sousa Santos en su última carta a las izquierdas, esperar sin esperanza es la peor maldición que puede caer sobre un pueblo. Y la esperanza no se inventa: se construye con inconformismo, rebeldía competente y alternativas reales a la situación presente. Nuestra esperanza es la de seguir construyendo un proceso que ha consolidado cambios estructurales e irreversibles para los sectores históricamente discriminados por el Estado. Nuestra esperanza es seguir acompañando al compañero Evo Morales en la profundización y radicalización del proceso de cambio en Bolivia.
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