
Durante los últimos tres meses las más grandes corporaciones mineras y petroleras del mundo, acompañadas por gobiernos de distinto talante que las respaldan, han puesto sus ojos en Bolivia debido a las grandes potencialidades de recursos estratégicos que se encuentran en el territorio boliviano, entretanto algunos grupos indígenas, llamados “naciones”, incentivados por un discurso oficialista desteñido y por organizaciones no gubernamentales transnacionales consideran un derecho particular la administración de estos recursos frente al Estado central dirigido por Evo Morales Ayma.
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